jueves, 12 de noviembre de 2015

¡Qué nos gusta un salseo!



¡Buenos días Cancanos! ¿Cómo se presenta el día?

Aquí os dejamos, como todos los jueves, el relato de la semana. Esta semana hemos escrito sobre un tema que nos afecta a todos los homosexuales de alguna u otra manera a lo largo de nuestra vida. ¡Así que echadle un vistazo y esperemos que os guste!

_________________________


Ahí estaba yo. Una noche más durmiendo a penas cuatro horas. ¿El motivo? Trabajando en un restaurante de mierda, con un jefe de mierda y con unos clientes… Mmm… Cómo decirlo… ¿De mierda? A demás, a todo eso súmale las horas de Universidad exigidas para poder acabar el cuarto y último año de carrera… ¡Por fin!

Pero nada de eso importaba. Ahí seguía yo, a las tres de la madrugada combatiendo contra el sueño para mantenerme conectado a mi teléfono móvil. Os estaréis preguntando qué demonios hago ‘en línea’ a estas horas cuando mañana a las siete me pongo en pie para ir a la facultad. Pues os saco de dudas rápido: Whatssapear con la única persona que hace que mis días grises, que son todos, tengan un poco más de sentido.

Se llama Raúl y nos conocimos en una aplicación para ligar, aunque sinceramente, yo sólo buscaba hablar un rato con cualquier chico por  puro aburrimiento y de paso, para ver qué tal estaba el mercado gay. Es increíble como una persona puede convertirse en imprescindible en apenas un mes. Treinta días son los que llevamos hablando y, aunque quizás penséis que es de locos… ¡Me súper encanta!

La cuestión es que solo nos hemos visto en fotos al intercambiarnos los Facebook, y físicamente… ¡Es perfecto! Moreno de piel, ojos oscuros, pestañas extremadamente largas, piel bruna y un cuerpazo de escándalo que refleja a la perfección la hora y media de GYM que Raúl practica diariamente. Además, tiene un tatuaje que cubre casi todo su brazo izquierdo y le llega hasta el cuello… ¡Qué me gusta un hombre con tatuajes!

Pero todo en la vida no es de color rosa (aunque sería lo más, ¿No?) Y hace aproximadamente una semana, Raúl abrió sus sentimientos en canal y me contó lo que sentía por mí. Extasiado al ver que mi afecto era recíproco al suyo, me tiré de cabezas a la piscina (y sin bañador) proponiéndole una cita. Des de que confesamos nuestros sentimientos, hemos quedado todos y cada uno de los días, sacando tiempo de donde hemos podido, las ganas pueden con todo. Supongo que no estaréis entendiendo nada, puesto que eso no es bueno, ¡Es buenísimo!

Hasta aquí todo genial, ¿El problema? Durante esta semana hemos hecho todo tipo de planes, pero no como amigos, sino cual enamorados: cine, paseos a la luz de la luna por la Barceloneta, cena romántica en uno de los mejores restaurantes de Barcelona, etc. Hemos hecho todas las actividades que cualquier pareja puede hacer menos una y, en gran parte, esencial: Hacer el amor. Las personas que estén leyendo esta publicación estarán pensando que soy un salido o que me precipito mucho, puesto que hace relativamente poco que nos conocemos, pero cada vez veo más claro que el chico está interesado en mí, porqué eso difícilmente se puede fingir, a demás, no tiene ningún motivo para hacerlo, pero también cada vez tengo más claro que hay algo en tema sexual que le atormenta, y los hechos hablan por si solos.

Raúl en algunas ocasiones actúa de manera un poco extraña. Os cuento, el otro día le propuse un plan que parece que no le hizo demasiada gracia, se trataba de ver una película en mi casa, ya que mis padres habían salido a comprar a IKEA y tenía la casa libre por lo menos tres horas (todos sabemos que en esa tienda las horas te absorben y pasan como minutos) así que pensé que sería una ocasión perfecta para estrenarnos. En principio él me dijo que sí, que le apetecía mucho el plan, hasta que le dije que tenía la casa libre. Allí cambió todo y me dijo nerviosamente que no se acordaba que tenía que ayudar a su madre a elegir el regalo de cumpleaños de su tía. ¿Quién se va a creer eso?

Además, a veces me desconcierta los cambios de estados de ánimo que tiene. Puesto que a medida que va pasando el día, se va apagando anímicamente y su cara refleja cansancio y palidez. Argumenta que tiene migraña y que debe tomarse unas pastillas para animarse y encontrarse mejor.

Todas mis dudas se resolvieron ayer por la noche. Cuando, yo y ‘mi chico’ fuimos a cenar a un burguer de Barcelona. Me avergüenza decir lo que hice, pero la curiosidad pudo conmigo. Hubo un momento de la cena en la que Raúl fue al lavabo y me extrañó un hecho: Que no se llevara consigo la mochila que lo acompaña a todos sitios, como hace todas las veces que salimos a cenar o a tomar algo fuera. Así que lo vi claro, aprovechando su ausencia me puse a rastrear la mochila hasta que encontré una caja de pastillas. Eran esos fármacos para la supuesta migraña. No lo puede evitar y tecleé su nombre en el buscador de mi smartphone. Cuando vi para qué  eran realmente esas pastillas se me hizo un nudo en la boca del estómago y me quedé blanco. Raúl era cero positivo. Las guardé rápidamente en la bolsa y cuando llegó Raúl del servicio le dije que no me encontraba demasiado bien y que me llevara a casa.  

Y aquí me encuentro hoy, contándoos mi historia y sin dar la cara. He estado toda la noche dándole vueltas y se me han pasado un montón de preguntas por la cabeza: “¿Debo hacerle caso a mi corazón y seguir conociendo al que puede, y seguramente ser el amor de mi vida?” “¿Debo alejarme de él porqué es imposible mantener una relación con alguien con esa enfermedad?” “¿Aunque tengamos sexo con preservativo, existe el riesgo de que se rompa, y por lo tanto, de infectarme?”

Hasta que mi cabeza hizo un click y reaccionó: “Llevo des de los trece años, edad en la que salí del armario, despreciando a la gente que no me acepta por lo que soy, ¿Y ahora seré un hipócrita y dejaré a una maravillosa persona por tener lo que tiene?”

Ni hablar, lo voy a ayudar día a día hasta que mi amor se marchite.  

_________________________


Bueno, esperemos que os haya gustado el relatillo de este jueves. Como siempre, ¡Os animamos a comentar y decir opiniones personales!

¿Vosotros haríais lo mismo que el protagonista de esta historia?

Mañana volvemos con más, besis y que acabe de ir bien el día.


1 comentario: